Desde tu perspectiva, ¿cuál es la importancia que tiene en nuestras vidas aprender a valorarnos a nosotros mismos? Considero que valorarnos parte de algo que inicia en nuestro interior y que luego se traslada al cuerpo físico, mental y emocional.
Thoreau escribió: “Lo que un hombre piensa de sí mismo, es lo que determina su destino”. Depender de que otros nos valoren es dar nuestro poder al mundo de creencias y percepciones que tienen los demás, y esa opinión podría estar sesgada. Lamentablemente, en ocasiones, estamos en espera de que los demás nos digan cuánto nos valoran y aprecian, y si bien es saludable recibir feedback positivo de tanto en tanto, ceder el poder del control remoto de nuestras emociones y valía personal a los demás, no es saludable ni da libertad. Ceder ese poder se torna dependiente, desgastante y limitativo.
Ahora bien, hay épocas en donde el cansancio y el propio entorno, pueden poner en duda nuestra propia valoración como persona, llevándonos a sentir estados de ánimo negativos que afectan la salud, debilitan el sistema inmunológico, la interacción que tenemos con los demás y aún peor: la relación con nosotros mismos. Nos ha pasado a tod@s, es parte de la humanidad que compartimos.
Valorarte a ti mism@ depende únicamente de ti y se podría resumir que consiste en interiorizar en ti que no necesitas ser perfect@ ni cumplir ninguno estereotipo para valer como persona. Vales por el simple hecho de existir. Reconocer nuestros esfuerzos, valores, contribuciones y el crecimiento que hemos ido desarrollando con el paso del tiempo, es una acción consciente que puede ser un ejercicio objetivo para encontrarte con tus atributos, talentos, dones y competencias, y finalmente para reconectar. Esto, para nada, limita el poder de observar que hay todavía caminos de aprendizajes, de maduración, de experiencias que seguiremos recorriendo en este maravilloso viaje y, por paradójico que resulte, el momento en el que empezamos a aceptarnos tal y como somos coincide con aquel en el que conscientemente empezamos a cambiar.
“Lo que un hombre piensa de sí mismo, es lo que determina su destino”.
Cuando se ha recorrido un largo camino y se han experimentado diversas circunstancias con subidones y bajones, y aún así se ha podido avanzar con templanza, honestidad, humildad, cumpliendo metas, haciendo realidad sueños, contribuyendo en el logro de tus objetivos y los objetivos de otras personas, sintiéndonos queridos y valorados por nosotros mismos por quienes somos, independientemente de que a otras personas no les guste como somos, estamos hablando de valía personal.
Si en la vida se contribuye en el bienestar o para el bienestar de quienes nos rodean, seguramente detrás de ello hay grandes cualidades y competencias que favorecen el poder lograrlo ¿sabes cuáles son? Recuérdalo, no se trata de que lo digan los demás, se trata de que lo veas, lo sepas y lo sientas tú. Fíjate, dicen que la gratitud es la memoria del corazón. ¿Eres consciente de tus competencias, de todas las cosas importantes que haces por el bien común en tu casa, en tu trabajo, con tu familia, con tus amistades? ¿Eres consciente de la infinidad de personas que contribuyen a tu bienestar para que disfrutes del momento actual tal como es?
Conocerse a uno mismo, implica soltar esos juicios trasnochados que nos han encasillado como personas, a los que les hemos dado tanta importancia, y que todavía hacen tanto rum rum, limitándonos a percibir nuestra verdadera esencia y valor.
Nuestra calidad de vida, la calidad de las relaciones que tengamos, la forma en la que gestionamos nuestras emociones e, incluso, la calidad de nuestra salud física, mental y emocional dependen muchísimo de la valoración que nos demos a nosotros mismo, de cómo nos tratemos en el día a día y del aprecio y la importancia que nos demos.
El autoconocimiento quizá sea un camino maravilloso de recorrer, porque hallaremos grandes y valiosas sorpresas.
