
La palabra “yoga” es sánscrita y significa “unión”, lo que equivale a llevar la mente y el cuerpo a un estado de conciencia pura del ser sin distracción alguna o con la mínima posible. Los antiguos yoguis desarrollaron este sistema como un medio para lograr la armonía interior y en relación con el entorno. Creían que trabajando con el cuerpo y la respiración podían alcanzar estados beneficiosos para la mente, el cuerpo y las emociones.
La mente y el cuerpo no son entidades separadas, aunque hay una tendencia a pensar y actuar como si lo fueran. La forma burda de la mente es el cuerpo y la forma sutil del cuerpo es la mente. La práctica de asanas integra y armoniza los dos. Tanto el cuerpo como la mente albergan tensiones o nudos. Todo nudo mental tiene su correspondiente nudo físico, muscular y viceversa. El objetivo de las asanas es liberar estos nudos. Las asanas liberan tensiones mentales lidiando con ellas a nivel físico y psicosomático, a través del cuerpo hasta la mente.
Creían que trabajando con el cuerpo y la respiración
podían alcanzar estados beneficiosos
para la mente, el cuerpo y las emociones.
Por ejemplo, las tensiones emocionales pueden bloquear el buen funcionamiento de los pulmones, el diafragma y el proceso respiratorio, lo que contribuye a una enfermedad muy debilitante en forma de asma. Los nudos musculares pueden presentarse en cualquier parte del cuerpo: tirantez del cuello como espondilosis cervical, de la cara como neuralgia, etc.
Un conjunto de asanas bien elegido, combinado con pranayama, meditación y yoga nidra, es más efectivo para eliminar estos nudos, abordándolos tanto a nivel mental como físico. El pranayama contempla todos los ejercicios de respiración yóguica, que tienen como objetivo final que el “prana o energía vital” fluya en nuestro cuerpo energético. Por lo tanto, la respiración es nuestro alimento esencial que nutre nuestro cuerpo y mente y nos vitaliza. De ahí, la importancia en toda práctica de yoga de usar una respiración consciente y el uso de técnicas yóguicas de pranayama para ayudar a limpiar nuestros canales energéticos para que el prana fluya libremente por nuestro organismo. De este modo, limpiamos y equilibramos nuestros chakras y poseemos una mayor fuerza vital, armonía y bienestar. El resultado es la liberación de energía latente; el cuerpo se llena de vitalidad y fuerza, mientras que la mente se vuelve ligera, creativa, alegre y equilibrada.
Las personas no vamos a una clase de yoga como una tela en blanco. Llevamos nuestra propia historia y experiencias vividas al mat. La hora de yoga es una consciente oportunidad de encontrarlos y conectar con ellos, pero si no eres capaz de hacerlo, el beneficio por el momento, será sólo de las asanas físicas, lo cual te permitirá mantener el cuerpo físico en buenas condiciones.
Son tantos los beneficios que aporta el yoga a nivel físico, mental y emocional, que se dice que su práctica habitual puede cambiarnos la vida.
El resultado es la liberación de energía latente;
el cuerpo se llena de vitalidad y fuerza,
mientras que la mente se vuelve ligera, creativa, alegre y equilibrada

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